El Recurso más valioso

Existe un recurso más valioso que cualquier otro en este mundo. Mucho más valioso que la plata, mucho más valioso que cualquier cosa

Existe un recurso más valioso que cualquier otro en este mundo. Mucho más valioso que la plata, mucho más valioso que cualquier cosa que podamos comprar. Es un recurso que una vez que se pierde, no se puede recuperar. Sino fue aprovechado, sino se redujo conscientemente, sino tuvo utilidad, no vuelve nunca más.

EL TIEMPO, es un bien, es un regalo que sino se lo administra, no se recupera. El tiempo pasa rápido pero deja huellas, deja su rastro, sea por ausencias, sea en la memoria, sea en el recuerdo, sea en la imaginación, sea en la proyección de un futuro. Con el recurso del tiempo, podemos generar vida, traer a la realidad ideas, emprender y concretar, ayudar a alguien, cuidar, construir, resolver problemas, trascender, conquistar, ensayar, errar y volver a empezar, aprender.

Nunca lo vamos a acelerar porque no no fue dada esa capacidad, pero si podemos demorarlo. Cuando no estamos enfocados, cuando no somos conscientes de su paso, se pasa volando, y generamos pérdida. Al tiempo no lo podemos controlar, pero si lo podemos gestionar, y cuando lo administramos lo multiplicamos. Porque podemos hacer lo que creíamos que no era posible.

El tiempo está relacionado con nuestro origen y con nuestro destino, y está implícito en el propósito de nuestra vida. El Tiempo que está sujeto a un plan, es un tiempo productivo. La primera pregunta que nos debemos hacer es: quien soy y para que estoy. Y allí comenzará un ordenamiento y una administración de nuestro tiempo.

Comenza mirando el rostro de los que Tenes al lado, sonreiles, hoy estan alli. Comenza a disfrutar de esa mesa con la familia. Saca fotos con tu mente, porque el tiempo va a pasar y esa mesa va a cambiar. Comenza dejando un poco las redes sociales, para estudiar o leer algo que te añada sabiduría. Comenza hoy a hacer un mejor uso de tu tiempo. No quieras hacer todo hoy, pero comenza con dar un pequeño paso. ¿Con qué empezarías?

Uno de los diagnósticos que prefiero dar es el de CRISIS. Nunca me gusto la etiqueta sobre las personas. Y escuchó a muchos niños que van al psicólogo creyendo estar enfermos. Los diagnósticos son nombres rígidos que no contemplan que a las personas les suceden cosas, qué hay movimientos internos, que es necesario muchas veces sentirse un tiempo desorientado ante el cambio, que es normal llorar por alguien que se va de nuestra vida, de la forma que mar. Es normal que los niños en su proceso de incorporación al mundo y en su proceso de aprendizaje tengan sus tiempos para adquirir nuevas destrezas. Y es qué hay tantas normas que parecen que tenemos que apurarlos porque sino, otra vez, están enfermos, o algo anda mal con ellos. Algunos tardan en caminar, otros en hablar, otros en escribir. Y si bien creo qué hay que evaluar y tener en cuenta variables médicas, muchas veces etiquetamos tan fuerte que es difícil salir de ese lugar. Crisis es ese periodo del medio, frágil, entre un tiempo y otro. Dejando atrás un repertorio y una experiencia para adquirir otra. Desarrollando y aprendiendo a través del ensayo y el error. Los árboles en mi ciudad se están desprendiendo de sus hojas, y es que el otoño es eso, un entretiempo, hace frío o calor, es inestable, pero está mudando todo para comenzar otra vez, y eso también tiene su belleza. Permitite transitar la crisis, permití cruzar un otoño a los que amas. No todo está estático ni estamos terminados. Nos falta mucho tramo para avanzar, y los que creemos en Dios, hasta llegar a la estatura del varón Perfecto, que es Cristo. Mientras tanto, avanzamos conforme a lo que Dios ha dicho.

El primer autor del apego escribió: lo que no se le puede decir a la madre no se le puede decir al propio yo.
Los que trabajamos en relación a la gestión de las emociones sabemos que la calidad de los vínculos primarios, la forma de relación que tuvimos en casa de marca la tendencia del tipo de relaciones que establecemos con los otros y aún impacta en la propia valoración de pequeños nuestra identidad. La carencia de apego, de contención genera que de adultos haya relaciones basadas en la ansiedad, desorganización y dependencia enfermiza de los demás. Sin embargo, no todo está perdido. Podemos desarmar lo que se modelo deficiente y volverlo a armar. Esa es nuestra esperanza permanente y nuestra expectativa de los cambios. En el taller sobre Relaciones te recomendamos a revisar tu forma de relacionarte. Recorda que siempre estas a tiempo….