¿Qué necesita mi hijo para crecer?

Te necesita a vos

En un sistema de consumos, donde cada vez menos familias tienen hijos, donde hacen ver la paternidad como un desafío demasiado difícil, donde han acuñado el concepto de carga mental, apuntando a que la gestión materna y el servicio dentro de la familia es algo que hay que sacarse de encima, pareciera que criar es una montaña imposible de conquistar. Sin embargo, desde la perspectiva de Dios, los hijos son una herencia invaluable, y tenemos todo en Cristo para realizar la tarea como padres.

La crianza no depende de recursos económicos para asegurarles un futuro, ni de juguetes complejos y costosos, ni de artefactos novedosos. La crianza espiritual y funcional está basada en el vínculo, donde les damos a nuestros hijos lo que necesitan para crecer, y para que sean lo que están llamados a ser.

Si leemos en la Biblia nos encontramos con estas verdades:

Tus ojos vieron mi embrión, Y en Tu libro se escribieron todos Los días que me fueron dados, Cuando no existía ni uno solo de ellos. Salmos 139:16

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10

Por lo tanto, nuestros hijos no son una “tabula rasa” que hay que llenar como hubieran llegado desprovistos. Ellos vienen con capacidades que están relacionadas con el propósito eterno, y con una gran necesidad de relacionarse, con una gran necesidad de conexión, de identificarse con nosotros los padres.

Como padres no somos escultores donde vamos tallando conforme a nuestro capricho lo que serán en el futuro. La sola idea de pensar la paternidad como una escultura nos llena de ansiedad o angustia, porque en cualquier momento nos podemos equivocar y dejar una secuela de por vida, y ellos estarían sujetos a un dominio y a un control que no es ni sano ni funcional. Porque dependería de mis deseos y de mis expectativas como padre. Sin embargo, eso en la práctica seria manipular, mal criar, y sembrar disfuncionalidad.

Nuestros hijos vienen con un programa de crecimiento, vienen con necesidades, y una potencialidad dadas por Dios.

Por lo tanto como padres somos agricultores. Damos las condiciones necesarias para que crezcan conforme al plan de Dios con este niño. Recibimos una semilla y vamos conociendo su esencia, su llamado, y les brindamos las condiciones para que crezcan.

Tenemos el trabajo de sembrarlos, cuidarlos, darles amor, brindarles alimento y conectarlos con el propósito eterno, y sobre todo, así como vienen del Padre, nuestro desafío es que aprendan a conocerlo y a relacionarse con El.

La experiencia de ser padres marca en la vida de un sujeto un punto de inflexión, un punto de quiebre, y porque no, de crisis.

Ser padres es una gran crisis en nuestra vida, porque la paternidad supone una explosión de emociones, conceptos y vivencias nuevas. Es un encuentro cara a cara con la vida a través de la llegada de un hijo.

Por lo tanto, el primer desafío como padres es revisarnos ….permanentemente

En nuestro temores

En nuestra necesidad de control

En nuestra ansiedad

En nuestro malos patrones de crianza

En nuestras obsesiones

En nuestros ideales mentales

Jerarquía y autoridad

Esta revisión es para asumir con seguridad el lugar y la posición correcta de la paternidad. Porque en el medio de la confusión que surge de, la mal entendida Educación Positiva, muchos papas hoy por hoy temen establecer criterios claros de crianza, no ponen limites, y no asumen la jerarquía y la autoridad como padres. Por lo tanto la paternidad brinda

La jerarquía y la autoridad son propiedades de la misma paternidad, ya que los hijos vienen con la necesidad de depender, y el padre actúa haciéndose cargo de su hijo. Esto es jerárquico, y el padre asume ese lugar de autoridad donde los hijos los observan, imitan, aprenden y se identifican con ellos.

La jerarquía y la autoridad se activan a través de la mirada, a través de conectar con los hijos, a través de la comunicación cara a cara, haciendo foco y pasando tiempo con ellos.

El asumir la autoridad genera el entendimiento que los padres somos los responsables de elegir por ellos, hasta que, paulatinamente ellos vayan ensayando algunas decisiones. Pero un niño no esta capacitado para decidir que comer, a que cole ir, cuando estudiar, entre otros ejemplos.

Amor, mucho amor y contacto

Somos seres gregarios, así fuimos creados y desde que nacemos somos parte de una comunidad. Nos recibe una familia, y a partir de un otro se forma nuestro yo

La familia, por lo tanto, es un sistema de formación, de crianza, de contención, y de sostén.

Es importante hacer las cosas bien desde el principio? Claro que si! Si bien no tenemos que asumir nuestro rol parental con culpa o miedo de equivocarnos permanentemente (porque de hecho TODOS NOS EQUIVOCAMOS!) es importante, muy importante el legado que dejamos en sus vidas, sobre todo en los primeros anos. Quizás mires a tus hijos tan pequeños, y pensas que porque no tienen un razonamiento o no comprenden en profundidad lo que les quisieras explicar, o estas esperando a crezcan para que “entiendan mejor”, no están viviendo un tiempo clave. Pero dejame decirte que los primeros anos y el tipo de relación que tengas con ellos en ese periodo de sus vidas marcan la tendencia de los siguientes y de como se van a relacionar con los demás en un futuro. Las experiencias tempranas de relación entre niño y la figura de apego confluyen en los Modelos Operantes Internos del adulto (Internal Working Model – IWM). Un Modelo Operante Interno (IWM) es un guión experiencial inconsciente, constituido por pensamientos y expectativas de la persona que influye en su forma de relacionarse a lo largo de todo el ciclo vital

La teoría del apego proporciona una explicación sobre cómo las experiencias relacionales tempranas moldean el funcionamiento interpersonal a lo largo de la vida. Uno de los aspectos únicos de la teoría del apego, que establece una diferencia con otras teorías en la psicología moderna, es la asunción de que las dinámicas que aparecen en las relaciones entre el niño y los padres también influyen en la forma en que los adultos funcionan en sus relaciones cercanas
(Gillath et al,2016).

El grado de seguridad que el niño experimenta durante los primeros meses de vida depende en gran medida de la disponibilidad y responsabilidad afectiva de los cuidadores.

Leímos innumerables veces:

Proverbios 22:6

6 Dirige a tus hijos por el camino correcto,
y cuando sean mayores, no lo abandonarán

Y esta verdad una y otra vez se confirma a través del entendimiento acerca de la sana crianza. Todo lo que yo me siembro en mis hijos, en tiempo, en amor, en corrección, en disciplina, lo cosechara el como individuo, y yo con el gozo como padre. Benditas las casas que hoy son llantos, gritos de alegría, caos por la tarde, y mesas de tareas. Son laboratorios donde se están entrenando con amor los agentes de un futuro que traerá su propia dificultad, y para el que ellos estarán preparados.

Ser padres es el gran desafío de tu vida. Por lo tanto respira, confía, busca una red en la cual apoyarte, y avanza a paso firme, sabiendo Fiel es el que comenzó la buena obra